DIALECTO Y TXAPURRIAT (Lluis Rajadell. La Comarca, 15 julio 2018)

La excelente novela ‘El viaje del anarquista’, de Elifio Feliz de Vargas, cuenta la historia de un libertario barcelonés, Francesc Casals, que debido al alboroto que se produce en Barcelona en julio de 1909 por el embarque de las tropas que van a luchar en África, la conocida como Semana Trágica, tiene que huir a solas y esconderse en un pueblo aislado del Maestrazgo, Villarluengo. Ayudado por un pariente farmacéutico, Casals escapa de la represión y de la incorporación a las filas del Ejército. De fondo se dibuja también la aparición de la Escuela Moderna, promovida por el pedagogo Francisco Ferrer Guardia, ejecutado poco después por su supuesta vinculación con la revuelta.

Durante la fuga, el protagonista tiene la desgracia de topitos con una emboscada al pasar por Valjunquera, donde una supuesta partida anarquista intercepta el carro donde Francesc Casals viaja a escondidas. El autor describe, por boca del fugitivo, el habla de la gente de aquel pueblo para él desconocido como «un confuso dialecto del catalán» que no puede entender del todo. Aunque entonces la lengua de Valjunquera estaba mucho menos castellanizada que ahora y, por tanto, era más parecida al catalán estándar que, supuestamente, habla Casals.

Más adelante, por boca de un comerciante de aceite de Alcañiz, el fugitivo averigua que la emboscada ha sido en Valjunquera, un pueblo que, como otros cercanos al río Matarraña, «chapurrea una lengua parecida al catalán«.

Las aventuras y desventuras de Casals echan por delante hasta llegar a Villarluengo, donde se relaciona con la gente del pueblo hasta su trágico final. Feliz de Vargas reproduce el habla de los vecinos del pueblo del Maestrazgo, y en particular el de un campesino analfabeto, Raidera. Al recrear el habla de Raidera se multiplican las palabras en cursiva para mostrar la divergencia, muy sustancial, respecto del español estándar, hasta el punto de que podría decirse, sin exagerar, que habla un «dialecto» del castellano o, también, que «chapurrea» el castellano.

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